Marlene Denis / Escritora Cubana

por May 12, 2016Música y Arte0 Comentarios

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Un paraíso insular del Caribe y siempre pretendido destino turístico, eso es Cuba, su belleza es conocida también por su música, sus exóticos bailes afrocubanos como el mambo, el chachachá, etc., y su tabaco (el habano) que ha conquistado el gusto de los fumadores en el mundo. En general, Cuba es un cliché de destino que invita a ser visitado. Cuba en la actualidad también destaca en el avance de la medicina preventiva mundial, gracias a su priorización en la educación y la salud pública que ha hecho que su servicio social en salud se extienda a otros países. Sin embargo, hay muchas historias detrás de una Cuba gloriosa pero sometida a la Revolución. La artificialidad que nos impide ver niveles de condiciones sociales de extrema pobreza, generados por la rebelión, la casi abolida accesibilidad de los cubanos a su propia nación, la condena jamás declarada que muchos de sus ciudadanos padecen cada día.

Nuestro encuentro hoy es con la escritora cubana Marlene, que después de haber vivido su infancia y juventud como colaboradora activa de la Revolución cubana, hoy 20 años después y exiliada en España, tiene una historia que contarnos.

Marlene Denis

La charla con Marlene inicia en un café bar ubicado en el paseo de la ciudad de Manresa. Una mujer de caminar seguro y  mirada inequívoca, como si a cada momento nos manifestara que debemos estar alertas.

Su charla inicia con un “fui cantera del partido comunista, y comunista hasta la muerte”.

Siendo apenas adolescente fue cantera del único Partido que existe en el país, militando en la Unión de Jóvenes Comunistas. Entonces aspiraba a ser comunista hasta la muerte, siendo aquella la única doctrina inculcada y la que ofrecía el salvoconducto para ingresar a la Universidad.

Con trece años, siendo estudiante de secundaria básica, fue seleccionada para hacer el curso emergente de formación de maestros primarios, y a los catorce, tenía bajo su responsabilidad a un grupo de 64 alumnos que le superaban en estatura y edad. Trabajaba de día y estudiaba de noche para sacar la carrera, mientras combinaba el tiempo con su verdadera pasión: la poesía.

Pocos años después, el Ministerio del Interior la captó para ejercer como profesora en un Centro de Reeducación de Menores, donde los adolescentes internados tenían antecedentes delictivos. Meses más tarde, ya trabajaba ostentando el grado de sub-oficial en el Sistema Penitenciario, donde presenció actitudes realmente degradantes, y comenzó a “pecar” de pensamiento y palabra contra el proceso. Esto motivó a que se reincorporara a la vida civil, desvinculada de las aulas por espacio de tres años y separada de la militancia comunista.

Ya nuevamente en las aulas, le dieron la jefatura de la Cátedra de Letras y la responsabilidad de ser la Guía Base del Colectivo de Pioneros en El Vedado. Una vez allí, más que maestra fue entrenadora bajo el lema de “¡Pioneros por el Comunismo: seremos como el Che!”. Cada objetivo propuesto por el Ministerio de Educación, era un objetivo partidista, es decir, si no se hablaba del Partido la clase era descalificada. Pasaba los cursos entre escuela y campamentos.

Marlene Denis

Todo parecía ir bien hasta abril de 1980, cuando miles de personas (delincuentes, maestros, médicos, ingenieros, artistas e intelectuales entre otros), conocidos como “escoria”, irrumpieron en la Embajada del Perú en busca de asilo. Este hecho dio origen al Éxodo del Mariel, donde más de 125 000 cubanos emigraron a los Estados Unidos entre los meses de abril y octubre.

Una de las maestras de la escuela donde Marlene trabajaba, logró franquear la valla de la embajada y, durante el permiso que le dieron para ir a su casa a recoger a sus dos hijos y algunas pertenencias, al igual que el resto de la “escoria”, tenía que esperar en su hogar el mitin de repudio que se efectuaba en cada vecindario.

Como Guía Base, Marlene debió cumplir la orden y movilizar a maestros, empleados de servicio y alumnado, con el “glorioso” aporte de consignas “patrióticas”, palos, piedras y tomates, ante lo cual, rotundamente se negó.

Aquella noche intentó acceder a la embajada, pero al pasar por el control policial se le prohibió la entrada, alegando su reciente desmovilización del Ministerio del Interior.

Una vez más, separada de las aulas, se dedicó a estudiar. Fue así como se hizo corresponsal, animadora y locutora radial, y continuaba asistiendo al Taller Literario que, junto asesores de exquisita calidad, ella misma había fundado y presidido durante 20 años.

Durante aquella época, trabajó en un taller de tapicería de Centro Habana, fue procesadora de datos del Hospital Salvador Allende e investigadora del Banco Popular del municipio Cerro. O sea, su vida siempre fue muy agitada, no obstante, siempre hubo tiempo para la poesía.

En el año 1994 la ONG “Arcobaleno” la invitó como poeta y conferencista a Italia, y no fue hasta 1996 en que el Gobierno de Cuba le facilitó la “Tarjeta Blanca” para viajar.

Marlene Denis

Al regresar a Cuba, después de tres meses de ausencia, el Alto Mando del aeropuerto, no le permitía la entrada. La retuvieron hasta altas horas de la madrugada hasta que algún superior recibió la orden de darle acceso, con la condición de que al día siguiente fuese al Departamento de Inmigración y pagase una multa en dólares.

Incorporada a la vida habitual, junto al poeta David Chericián, -exiliado y muerto en Colombia-, fue declarada “persona non grata” en la Casa de Cultura, no obstante, se le rindió un caluroso homenaje como despedida.

Luego, durante poco tiempo, comenzó a trabajar como directora de un Politécnico de Fotografía y Estética en la Habana Vieja hasta su salida definitiva en 1998.

“Sé que no volveré a mi bella isla: el Consulado cubano en Santiago de Compostela, me lo dejó bien claro. No soy una simple emigrante, soy disidente, soy exiliada. ¡Y ya no me importa! No echo de menos Cuba. ¡Cuba vino conmigo!”

Marlene: “A estas alturas, y viendo lo que veo, un rábano para mí tiene más valor que la política. Sigo considerándome una persona de izquierdas, pero a mi manera. No acepto lavados de cerebro ni me convencen las campañas electorales. No tengo apego a la tierra ni creo en fronteras. Creo tanto en Dios como en la madre Natura, Sai Baba para mí fue una vía para escapar de las sombras, pero no soy seguidora de nadie que esté fuera de mi conciencia y de mis principios. Soy exiliada política. No puedo volver a Cuba”.

Nuestra escritora de hoy, define su poesía como sugerente y no narrativa, “todos creamos una imagen poética”, y que su mayor expresión poética es la social que la lleva como marca en la sangre.

Una mujer que le gusta coleccionar libros y que lleva como estilo de vida fumar.

Quizás Cuba hoy en día sea una muestra de un antiguo tipo de régimen que quiso cambiar una nación y se quedó siendo, la legal forma de gobernar a ciudadanos que nacen para regirse a una orden que adormece y deja sin libertad a todo un país. Sin usura podemos asegurar que Cuba es y seguirá siendo aquella esencia viva de una cultura inmortal que el mundo admira.

Marlene Denis



Conoce un poco más de Marlene, visita: marlene-cumulos.blogspot.com.es